Mientras crece la ansiedad de la industria automotriz argentina por la falta de resolución del conflicto con Brasil, el gobierno de Dilma Rousseff dobló ayer la apuesta y amenazó con ampliar las barreras a la importación."Agregaremos otras medidas, como las licencias no automáticas [LNA] para las importaciones, que están permitidas por las reglas de la Organización Mundial del Comercio [OMC], para aquellos sectores en los que hay claramente una amenaza en la balanza comercial", dijo el ministro de Desarrollo de Brasil, Fernando Pimentel, durante un seminario en San Pablo, según consignó la agencia brasileña Estado. "Vamos a usar todo lo que sea posible, dentro de las reglas de la OMC, para defender la competitividad de la producción nacional", añadió, para luego lamentar que en los últimos años (durante el gobierno de Lula) Brasil dejó "relegado" este instrumento de protección.
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