La crisis que atraviesa el sistema de educación superior en Chile nos ha hecho reflexionar sobre ciertos modos de gestionar lo público, y sobre nuestra propia concepción sobre la educación. Cuando el presidente Sebastián Piñera dice: “Las cosas no son gratis, alguien las tiene que pagar”, lo que está diciendo es que, para su modelo de gobierno, la educación es un bien de consumo. Nosotros, en cambio, creemos que quien tiene que pagar por la educación de los ciudadanos es, en primera instancia, el Estado.El sistema de educación superior argentino tiene tres momentos claves en su historia: la reforma universitaria de 1918; la decisión del presidente Perón, en 1949, de suprimir los aranceles universitarios; y un tercer momento marcado por la evolución del presupuesto destinado al sector: en 2003 se invirtieron 1.800 millones de pesos en el nivel superior, mientras que este año la inversión ronda los 13.000 millones. La Universidad de Buenos Aires recibe a diario a 300 mil alumnos, contra los 23 mil que atiende la Universidad de Chile. Nosotros tenemos 48 universidades públicas, la misma cantidad que Chile tiene de privadas.Pero además hay otras cuestiones que no son menores: más del 90 por ciento de los jóvenes que asisten a las recientemente creadas universidades de Moreno, Florencio Varela y Avellaneda es la primera generación de universitarios en sus familias, en sus barrios, en sus grupos de pertenencia. Son instituciones que están en zonas muy desfavorecidas, trabajando fuertemente para que los chicos no solo ingresen al nivel superior, sino para que además no abandonen. Son fenómenos a los que podemos asistir porque los padres tienen más trabajo, han accedido a la Asignación Universal por Hijo o tienen frente a ellos un horizonte con más empleo seguro, registrado. Todas estas cuestiones impactan también en la educación y son las que nos permitirán ir pagando de a poco esa deuda de la que habla la Presidenta cuando dice que los que menos tienen pagan por una universidad a la que no van.Dice Paulo Freire: “La universidad no solo debe ser pública, también debe ser popular”.En ese camino estamos, por ese objetivo trabajamos.Lo que buscamos, todo el tiempo, es que haya más primeras generaciones que accedan a una educación igualitaria y de calidad.
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